Uday Narayanan /India
"Hum paani ke jeev hain. Somos criaturas de agua", dice Vishwakarma Sahni, de 29 años. Sahni pertenece a la comunidad mallah de Benarés, formada por unos 8.000 miembros, cuyas vidas están profundamente ligadas al Ganges, un río que veneran profundamente. Para ellos, el Ganges no es sólo un río; es su salvavidas, su fuente de sustento. En su viaje hacia el este desde el Himalaya, el Ganges recorre más de 2.500 kilómetros antes de desembocar en el golfo de Bengala. Durante su largo viaje, el río atraviesa varias regiones, entre ellas la antigua ciudad de Benarés, también conocida por los nombres de Kashi y Banaras. Como ciudad, Varanasi ha cautivado la atención de historiadores, antropólogos, artistas y narradores por igual. Mucho se ha escrito sobre el Ganges, los ghats y el legado espiritual de esta antigua ciudad. Sin embargo, tras los encantos de Benarés se oculta la vida de los barqueros de la ciudad, cuyas historias no se han contado. La primera vez que visité Varanasi, me cautivó la visión de las barcas navegando por los ghats mientras el sol dorado se ocultaba en el horizonte. Como cualquier turista normal, di un paseo en barca, una experiencia que desencadenó una conversación sincera con el barquero y me descubrió el mundo de los mallahs, un mundo muy alejado de las imágenes perfectas de Benarés. La comunidad de barqueros tiene una larga historia de marginación, pues no sólo sufrió opresión durante el dominio colonial británico, sino que también ha soportado la subyugación política y social bajo el poder estatal poscolonial y dentro de una sociedad hindú estratificada en castas, donde se les relega a la categoría de "casta inferior". Bajo el dominio británico, los mallah eran clasificados como "castas criminales", caracterización que se reflejaba en las numerosas advertencias que recibí de lugareños bienintencionados. "Bach ke rahiyega. Ten cuidado con ellos", me aconsejaron, como si la mera presencia de los barqueros fuera sospechosa y peligrosa. La fama de alcoholismo de los barqueros no hace sino aumentar el estigma, dando lugar al estereotipo de "mallah revoltoso". Los más pobres entre los mallah son los gotakhors, que no tienen barcas propias y se mantienen recogiendo monedas del lecho del río. Los gotakhors, famosos por sus excepcionales habilidades de buceo, a menudo se ven obligados por las autoridades a emprender la sombría tarea de recuperar cadáveres del río. "No se puede transportar un cadáver sin adormecer los sentidos. Por eso recurrimos a la bebida", dijo Shivnath Majhi, un gotakhor de 55 años, durante una de nuestras conversaciones. Mis experiencias con los barqueros desafiaron muchos conceptos erróneos. Al sumergirme en sus vidas, descubrí una comunidad de trabajadores que, a pesar de enfrentarse a enormes desafíos, luchan por un futuro lleno de dignidad y esperanza. Lo que también se hizo evidente fue la omnipresente influencia de los relatos en la alterización de una comunidad, cómo los prejuicios, a menudo moldeados por quienes ostentan el poder, se infiltran en la conciencia colectiva de una sociedad, solidificándose gradualmente en estereotipos de los que es difícil desprenderse. "Hijos del río" es un proyecto visual a largo plazo con el que pretendo desviar la atención de las representaciones convencionales de Benarés y arrojar luz sobre la vida cotidiana y las luchas de los mallah, que viven y mueren junto a un río que veneran como a su madre.
Declaración del curador: Sandeep Biswas
"Hijos del río" es una serie de momentos polifacéticos en la vida de la comunidad mallah que trabaja como barqueros en Benarés, ciudad conocida como una de las civilizaciones habitadas más antiguas del mundo. Los mallah forman parte de la historia de Benarés tanto como la propia ciudad, y su origen se remonta al barquero Khevat del Ramayana. Se dice que Khevat transportó a Rama, Sita y Lakshmana a través del río Ganges durante su exilio de Ayodhya. La comunidad pertenece a una casta atrasada, tradicionalmente pescadores y barqueros, que se dedican sobre todo a transportar pasajeros por el río Ganges, desde que existen en Benarés. El joven y prometedor fotógrafo Uday Narayanan quedó fascinado con la comunidad y su mundo durante su primera visita a la ciudad en 2022. Decidió convertirse en su voz, ofreciéndonos una visión más profunda de los aspectos menos visibles de estas vidas y de su lucha por salir adelante en el mundo actual, que cambia rápidamente, a través de sus narraciones visuales fotográficas. Uday se sumerge a fondo en sus actividades cotidianas, su vida familiar y sus celebraciones ocasionales, retratando momentos cotidianos, alegres y conmovedores para sumergir a su público en el mundo de los Mallah, presentando imágenes visualmente cautivadoras y emotivas.
Sobre mí:
Soy un fotógrafo autodidacta y un ingeniero cualificado con sede en la India. Empecé a explorar la fotografía en 2013, compaginándolo con mi trabajo de TI a tiempo completo. No fue hasta 2021 cuando decidí dejar atrás mi carrera empresarial de una década para dedicarme plenamente a la fotografía. Siempre me han cautivado los entresijos de la vida y me atrae especialmente observar a la gente corriente en su rutina diaria, a menudo en circunstancias difíciles. La fotografía me ofrece el privilegio de explorar, viajar y relacionarme con personas que de otro modo nunca habría conocido. Esta pasión por la fotografía culminó en mi primer proyecto personal, "Hijos del río", en el que documenté la vida de los mallah, una comunidad de barqueros que viven a orillas del río Ganges, en Benarés. El fotógrafo y comisario Sandeep Biswas ha sido mi mentor durante casi un año en este proyecto.
Uday Narayanan