Rodrigo Wielandt /Chile
LIFESTREAM:
Quietudes, ires y venires de los que no pueden robar
Las configuraciones culturales actuales, tales como lo medial o audiovisual, la televisión, la informática y el internet, implican constructos que van más allá del sistema perceptivo ocular y sobrepasan las imágenes visuales como mero método comunicativo. El significado emerge a través de la interacción de las diversas formas que afectan los sentidos, como lo sonoro, el olfato el lenguaje y las imágenes, así como maneras de representar lo olfativo y las texturas táctiles. Esto quiere decir que, incluso, la vertiginosidad del avance de la humanidad hacia la cultura visual entre los entendidos del arte, es insuficiente para ubicar las nuevas formas del quehacer del arte dentro de una definición amplia y deconstruida de las comunicaciones. Para visibilizar el quehacer del arte de hoy, se debe abarcar la interacción entre los diversos constructos comunicativos. Para ello, han surgido conceptos como multialfabetización, interdisciplinariedad teórico-práctica y multimodalidad . Entonces, la manera en que planteo estos trabajos tiene que ver con el practicar algo de estos conceptos, el desafío que estos plantean a los intereses convencionales de la cultura visual y a lo que el academicismo y otras convenciones podrían comenzar a considerar como válido. Mis trabajos parten de la convencionalidad de técnicas clásicas como la pintura, el dibujo y técnicas mixtas, esencialmente, las que son digitalizadas, puestas en tensión y/o deconstruidas a partir de las herramientas que la visualidad virtual entrega, con el fin de representar las posibilidades que entregan estos nuevos caminos, no exentos de cuestionamientos. Tal como opina el filósofo y académico Sergio Rojas en su libro El pasado no cabe en la historia, luego del derrumbe del Muro de Berlín y del Pacto de Varsovia, es el pasado el que se nos viene encima, nos viene a penar y a interpelarnos desde dónde miramos en un mundo que ha perdido el relato. Y esta reflexión que se hace tan necesaria actualmente nos hace percatarnos de que el mundo hoy está lleno, y no sólo por la cantidad de gente, sino por lo tan palpable visualmente que se nos hace esa cantidad de saturación. La transformación de la vida privada ya no nos exhorta al cuestionar al otro sobre no opinar de nuestra vida privada, sino que lo exhorta a no cuestionar nuestra vida privada. La visualidad también es exhortada a cuestionarnos nuestro quehacer y tensionarlo en las redes de los cánones actuales. Es un guiño a pensar que nuestro vínculo con el devenir surge a partir de nuestro presente, que es un presente cargado de pasado. Y como reitera Sergio Rojas, lo que resta entonces sólo es deducir que he vivido, por lo tanto, tengo un pasado y, por ende, tengo un relato que contar.
R. W.
Rodrigo Wielandt es Artista Visual (PUC), Magíster en Investigación y Creación Artística Contemporánea (U. Mayor) y Magíster en Estudios Filosóficos (U. A. Hurtado). Licenciado en Arte y Diseñador Gráfico. Hizo una residencia en el estudio de los artistas visuales Johannes Dreyling y Waltraud Waldherr en Múnich (2003). Ha participado en diversas exposiciones individuales y colectivas, tales como varias muestras en Galería BECH, La visión espectral que trasciende (Ámsterdam, Utrecht y Hoorn), Todavía queda algo queda en ese allí (Museo de la Solidaridad Salvador Allende), Soul Kiss: No hay hecho sin documento certificado (Centro Cultural Estación Mapocho), Devaneos de un Cuermello (Galería BLOC), Fugaz e imborrable y San Rosendo o La Ruina Silente, (Sala Juan Egenau), Zuge (Galería Fasanerie, Múnich), entre otras. Ha trabajado en el tema de estéticas cartográficas, como las conferencias “FALLA”, Otredad, Colonialismo y Visualidad en el s. XXI y Zwischenraum. Desde hace 16 años es encargado del diseño y edición de las colecciones de libros y revistas del Departamento de Artes Visuales en la Universidad de Chile.