Mario Rojas /Chile
(Santiago de Chile,1951)
Es un destacado músico, compositor, productor y escritor comprometido con la preservación y difusión de la cultura chilena. En el ámbito musical, ha dedicado gran parte de su carrera a revitalizar la música popular urbana chilena, especialmente la cueca. A lo largo de su trayectoria, ha sido una figura clave en la revitalización de este género, liderando y produciendo un documental sobre Los Chileneros, una de las agrupaciones más emblemáticas de la música tradicional chilena. Fue, además, fundador del grupo De Kiruza. Como escritor, Mario Rojas ha explorado la narrativa y el ensayo, publicando obras que reflejan su profunda conexión con la cultura popular y su capacidad de observar la complejidad del ser humano. Su primer libro, El Tango de Edipo, marcó el inicio de su trayectoria literaria, mostrando su versatilidad artística. Más adelante, dentro de su compromiso con la cueca chilena, publicó El que sae, sae, un libro que profundiza en la historia, las tradiciones y las emociones que rodean este género musical. Además de su prolífica obra musical y literaria, Mario Rojas ha desarrollado un fascinante universo en las artes visuales, incursionando en la pintura como una forma de expresión paralela a su creación musical. Sus obras pictóricas, cargadas de simbolismo, color y elementos oníricos, reflejan la conexión entre el ser humano y sus emociones más profundas. Su arte, en todas sus formas, está profundamente enraizado en la cultura chilena, pero también trasciende fronteras, permitiendo al espectador y lector conectar con su propia humanidad. En esta exposición, las pinturas de Mario Rojas se presentan como un testimonio de su versatilidad creativa y su capacidad de transformar emociones complejas en formas visuales y narrativas.
María Luisa Rojas
Fragmentos de Ser y Color:
Cuadro 1: "Tormenta Creativa"
La pintura evoca la fuerza indomable de la naturaleza y el caos creativo. Desde el centro surge una tormenta de formas espirales y colores intensos que enmarcan un paisaje entre lo vibrante y lo surrealista. Las curvas dinámicas y los tonos rojizos contrastan con el azul sereno del fondo, sugiriendo una lucha entre calma y energía desbordante. Es un recordatorio visual de que, incluso en el caos, existe una estructura que conecta cada elemento.
La pintura evoca la fuerza indomable de la naturaleza y el caos creativo. Desde el centro surge una tormenta de formas espirales y colores intensos que enmarcan un paisaje entre lo vibrante y lo surrealista. Las curvas dinámicas y los tonos rojizos contrastan con el azul sereno del fondo, sugiriendo una lucha entre calma y energía desbordante. Es un recordatorio visual de que, incluso en el caos, existe una estructura que conecta cada elemento.
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Un bosque místico de tonos amarillos y verdes alberga figuras humanas deformes, representaciones de almas perdidas atrapadas entre la vida y la muerte. Según la leyenda, cada figura es un eco de una vida pasada, congelada en el tiempo, buscando redención. La obra transmite un ambiente etéreo y misterioso, donde el espectador casi puede escuchar los susurros de estas almas errantes.
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Cuadro 3: "La Vigilia de la Tormenta"
Una figura contemplativa con cabello encendido por el resplandor de una tormenta observa cómo el cielo se fractura entre la paz y el caos. Es una alquimista en busca de significado, inmóvil frente a un vórtice de viento y agua que amenaza con destruirlo todo. En el instante decisivo, se da la vuelta y camina hacia la luz, dejando atrás un paisaje que pronto será irreconocible.
Una figura contemplativa con cabello encendido por el resplandor de una tormenta observa cómo el cielo se fractura entre la paz y el caos. Es una alquimista en busca de significado, inmóvil frente a un vórtice de viento y agua que amenaza con destruirlo todo. En el instante decisivo, se da la vuelta y camina hacia la luz, dejando atrás un paisaje que pronto será irreconocible.
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Cuadro 4: "Danza de la Transformación"
El lienzo presenta un paisaje onírico en el que naturaleza y humanidad se entremezclan en un flujo constante. Figuras abstractas emergen de una explosión de colores cálidos y verdes intensos, sugiriendo una danza entre el pasado terrenal y el presente caótico. Es una representación del eterno movimiento y transformación de la vida.
El lienzo presenta un paisaje onírico en el que naturaleza y humanidad se entremezclan en un flujo constante. Figuras abstractas emergen de una explosión de colores cálidos y verdes intensos, sugiriendo una danza entre el pasado terrenal y el presente caótico. Es una representación del eterno movimiento y transformación de la vida.
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Cuadro 5: "Rostros del Alma"
Entre manchas caóticas de color, un rostro emerge como formado por la energía del universo. Cada pincelada narra una emoción: tristeza en el azul, furia en el rojo, y esperanza en el verde. Este rostro conecta a los vivos con recuerdos olvidados, invitando al espectador a descifrar las historias que guarda en silencio.
Entre manchas caóticas de color, un rostro emerge como formado por la energía del universo. Cada pincelada narra una emoción: tristeza en el azul, furia en el rojo, y esperanza en el verde. Este rostro conecta a los vivos con recuerdos olvidados, invitando al espectador a descifrar las historias que guarda en silencio.
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Cuadro 6: "El Alma del Gallo"
La obra evoca vitalidad y renovación a través de la figura de un gallo resplandeciente, símbolo del despertar y la pasión por la vida. Rodeado de colores vibrantes, el gallo se convierte en una metáfora de la energía creativa que persiste a pesar del paso del tiempo.
La obra evoca vitalidad y renovación a través de la figura de un gallo resplandeciente, símbolo del despertar y la pasión por la vida. Rodeado de colores vibrantes, el gallo se convierte en una metáfora de la energía creativa que persiste a pesar del paso del tiempo.
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Cuadro 7: "El Ojo del Caos"
En el centro de esta composición, un ojo rojo observa el caos que lo rodea. Este punto focal conecta las tonalidades verdes y azules del flujo natural con los trazos amarillos que simbolizan lo etéreo. La obra invita a reflexionar sobre la coexistencia de orden y caos, sugiriendo que incluso en la turbulencia hay algo consciente que busca comunicarse con nosotros.
En el centro de esta composición, un ojo rojo observa el caos que lo rodea. Este punto focal conecta las tonalidades verdes y azules del flujo natural con los trazos amarillos que simbolizan lo etéreo. La obra invita a reflexionar sobre la coexistencia de orden y caos, sugiriendo que incluso en la turbulencia hay algo consciente que busca comunicarse con nosotros.
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Cuadro 8: "La Mujer de Fuego"
Con una melena de llamas y una mirada intensa, esta figura indomable encarna la pasión y la transformación. Su presencia irradia fuerza y determinación, simbolizando el poder de cambiar el mundo con solo un vistazo. Es un homenaje visual a la valentía y el misterio que habita en cada transformación humana.
Con una melena de llamas y una mirada intensa, esta figura indomable encarna la pasión y la transformación. Su presencia irradia fuerza y determinación, simbolizando el poder de cambiar el mundo con solo un vistazo. Es un homenaje visual a la valentía y el misterio que habita en cada transformación humana.
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