Florencia Kettner /Argentina

FIEBRE DEL ORO 
Es una serie de trabajos hechos en técnica mixta (tinta china, ceras, grafito) sobre papel Hahnemühle. Surgió en los primeros meses de confinamiento en 2020 como consecuencia de la crisis sanitaria del coronavirus. “Fiebre del oro” es fruto del insomnio, de los sueños vívidos, de la espera y la incertidumbre. Estos trabajos fueron inspirados en parte por el visionado del documental “Dawson City: Frozen Time”, de Bill Morrison, película que descubre el impacto de la fiebre del oro a través de material fílmico hallado cerca del círculo polar ártico. A finales del siglo XIX, la zona del Yukón (Canadá), fue escenario de la última gran búsqueda de oro en Norteamérica.   Esta serie de dibujos pretende trazar un paralelismo entre la “fiebre” o ambición desmedida por parte de las personas que se dedicaron a la búsqueda del oro, y la carrera de las multinacionales farmacéuticas, que más de un siglo después, durante 2020, investigaron a contrarreloj la vacuna para hacer frente al nuevo virus. La vacuna fue el preciado tesoro a inyectarse lo antes posible para poder volver cuanto antes a un pasado de “normalidad” que era (es) insostenible a nivel social, económico y ecológico. Durante el confinamiento, los ciudadanos de la mayor parte del mundo, esperaban a diario las noticias sobre los avances científicos y el recuento total de muertos por el virus. Los representantes políticos y algunos responsables sanitarios fueron cuestionados por la población por su actuación durante la crisis mundial del coronavirus. Los ciudadanos criticaron a varios líderes políticos por su irresponsabilidad y falta de transparencia a la hora de transmitir la información referente a los avances de la ciencia. En muchos casos, los políticos utilizaron la asesoría científica para sus propios intereses, para seguir ciertas directrices o acciones que deseaban realizar. Algunos gobernantes crearon conflictos entre contrincantes políticos para sacar ventaja sobre éstos.   La serie “Fiebre del oro”, también reflexiona en torno a los sentimientos a nivel personal que generó el distanciamiento, tales como las reacciones del ser humano frente a la reclusión forzada y a la confusión y la perplejidad ante una situación nunca antes experimentada. Estos trabajos indagan en el lento paso del tiempo durante el confinamiento, que hizo hacernos meditar sobre el tiempo y que percibimos en toda su lentitud.   Durante el aislamiento, surgieron preguntas sobre el origen del virus y la responsabilidad en el maltrato que los seres humanos infligimos sobre nuestro planeta y a la posibilidad de transformación del sistema zombie y consumista que hemos creado y que no puede sostenerse por más tiempo.   Las obras de la serie “Fiebre del oro” intentan plantear algunos interrogantes que todavía no han sido resueltos y que quedan a la espera de imaginar soluciones radicales para el cuidado de la naturaleza y en definitiva de todos los seres vivos.

Florencia Kettner, es pintora, escultora, educadora y videoartista. Formada en Buenos Aires y en Boston, también estudió otras disciplinas como la cerámica, el muralismo, la litografía y el cine experimental. Ha presentado su obra colectiva e individualmente en Argentina, Portugal, EEUU y España. Recibió una Beca de estudios de Escultura y fue premiada por su pintura en Buenos Aires.   Ha desarrollado talleres de arte para niños en riesgo de exclusión e impartido cursos en Museos de Arte Contemporáneo en Portugal.   La propuesta artística en la que se centra investiga en dirección hacia la sociedad que los seres humanos hemos creado analizando la incongruencia e insensatez de nuestro proceder en la construcción de la misma. Indaga en el poder y las atrocidades que se cometen para conservarlo, planteando cuestiones sobre los conflictos armados y sus consecuencias, las fisuras en los modos de vida, la utilidad del Arte o la alienación extrema del individuo y en definitiva, exponiendo la derrota del humanismo y la cultura mediante el humor y la ironía.   Los soportes que utiliza para las piezas son principalmente los procesos pictóricos y el videoarte. Actualmente vive y trabaja en Madrid, España y coordina la Sala de Arte Secuencia de inútiles en Madrid.
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