Isadora Castro /Chile

La exposición gira en torno a un gato antropomórfico llamado “Joe”, retratado en situaciones surrealistas, oníricas y cargadas de peso emocional. Aunque las obras fueron creadas en distintas etapas, en conjunto narran una historia de desamor y aislamiento emocional. Se aborda la incomprensión social y la vulnerabilidad, así como el riesgo de ser lastimado por quienes se aprovechan de esas fragilidades. A través de Joe, se proyecta a un protagonista incapaz de gestionar sus emociones, cayendo en un abismo emocional, pero que, al mismo tiempo, sugiere la posibilidad de reconstruirse y volver a amar, siempre que se encuentre a las personas adecuadas. Sin embargo, no se trata de una historia idealizada, de ahí el nombre. Joe encarna los matices, los grises (reflejados también en el color de su pelaje), como una metáfora de la ausencia de una moral absoluta. La exposición propone que la noción de lo correcto o lo incorrecto es, en última instancia, una construcción cultural, ambivalente por naturaleza, donde todos los individuos son capaces tanto de buenas como de malas acciones. Finalmente, el aspecto anacrónico de Joe -desvinculado de cualquier referencia directa a la contemporaneidad- funciona como un mensajero de su creadora. Joe habita un mundo estridente y ajeno, y, al igual que su autor, intenta aprender a transitarlo.

Isadora Castro Díaz (Concepción, 2001) vive en Santiago. Es Licenciada en Artes con mención en Artes Visuales por la Universidad de Chile y cursa el Diplomado en Proyectos de Animación en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Forma parte de la Asociación de Pintores y Escultores de Chile (APECH). Su trabajo, Inspirado por la caricatura y la animación, aborda temas como la identidad, la incomodidad social y la búsqueda de expresar emociones teniendo una dificultad en mostrarlas. Reflexiona sobre la alienación “humana”, expresando tanto críticas sociales como reflexiones personales. Ha participado en exposiciones colectivas como ¡Guillermo, qué quiere que le diga! (Tiltil, Chile) y Las huellas de Gabriela (Galería Guillermo Núñez, Santiago, Chile).
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